Biografía y audiocuento

13.10.2013 22:25

Horacio Quiroga nació en Salto, Uruguay en el año de 1878, fue un poeta, cuentista y dramaturgo. Su padre era vicecónsul argentino. Quiroga hizo trámites para ingresar a la Escuela Naval de Buenos Aires, pero los abandonó por la química y la fotografía.

            Su iniciación literaria muestra claramente el efecto que en un adolescente romántico ejerce la literatura importada de París por Rubén Darío, Leopoldo Lugones y sus epígonos. Edgar Allan Poe fue otra importante influencia literaria que llevó a Quiroga a un decadentismo en su literatura. Escribe versos a la manera modernista y en 1901 publica su primer libro Los arrecifes de coral, constituido por poemas en prosa, veros y relatos.

            La vida de Quiroga estuvo marcada por diversas desgracias. En el año de 1901,          mató accidentalmente a su amigo Federico Ferrando. Como consecuencia de esto, abandonó Uruguay para siempre en el año de 1902 y se dirige a Argentina. Horacio Quiroga sigue estudiando y reproduciendo los efectos de los maestros a los que admira: Poe y Maupassant. Mientras que en la vida real, Quiroga vive una experiencia de arraigo en la naturaleza salvaje de América; en la vida literaria continúa escribiendo como si viviese en una sucursal libresca de París. Su segundo volumen, El crimen del otro (1904) es modernista todavía.

            La literatura de Quiroga empieza en este punto una etapa de transición: si bien El crimen del otro representa la culminación del modernismo de Quiroga, también representa el cierre de una etapa. El escritor ya empieza a descubrir, literariamente, el mundo real en que estaba inmerso desde hacía algún tiempo.

            Quiroga compra tierras en San Ignacio (Misiones) y se instala como colono en 1910. Este nuevo lugar empieza a dominar su narrativa ya hacia 1912, cuando Quiroga ha instalado con su esposa, Ana María Cires, su hogar. Misiones era descubierta por el escritor al mismo tiempo que Misiones lo descubría a él, lo revelaba a sí mismo. A esta segunda etapa de su literatura corresponden cuentos como “A la deriva”, “El alambre de púa”, etc.

            En el año de 1915, tras una terrible pelea, su esposa se suicida. Quiroga, para sobrevivir, entierra este hecho en lo más secreto de sí mismo, no habla con nadie del asunto, continúa viviendo y escribiendo, registrando implacablemente el trabajo de la fatalidad sobre los otros. Los libros de esa época infernal –Cuentos de amor de locura y de muerte (1917), Cuentos de la selva (1918), El salvaje (1920) y Anaconda (1921)– recogen la enorme cosecha narrativa de esos años en un desorden deliberado y constituyen un tercer período de la literatura de Quiroga.     En 1926 –después de que Quiroga ha  abandonado Misiones– se publica Los desterrados, uno de los mejores y más homogéneos libros de Quiroga. Demasiado sensible a la atmósfera literaria para no advertir que los jóvenes iban por otros rumbos, el escritor abandona de a poco la creación.  En sus últimos cuentos se siente el incontenible empuje autobiográfico.

            Se casa por segunda vez con María Elena Bravo, amiga y compañera de colegio de su hija Eglé, en el año de 1927 y tiene una segunda hija con ella. Vuelve a la selva misionera en 1932 con su mujer y su hija. En el año de 1937, tras enterarse de que padecía cáncer de próstata, se suicida ingiriendo cianuro. 


BIBLIOGRAFÍA

Quiroga, Horacio, Cuentos, Biblioteca Ayacucho, Caracas, 2004

Promexa, Clásicos de la Literatura Universal. Literatura Latinoamericana I, Patria, México, 1992